Al comenzar, el público se encuentra con un grupo de actrices, un músico y una conductora

que actúa como mediadora.

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Al iniciar la función, las actrices y el músico se presentan y llevan a cabo algunas formas

simples de representación en un proceso ritualizado con danza, mimo corporal, música y

escenas habladas, estructuras de improvisación entrenadas de la técnica del Teatro Playback: esculturas fluidas, rants y pares, etc. Estas formas parten de sensaciones o impresiones

que el público comparte sobre el tema a tratar, que es introducido por la conductora. 

 

Después se trabaja con las historias más largas y complejas: un espectador es invitado al

escenario y narra una historia real que quiera compartir con el resto de la audiencia y

que se relacione con el  tema de la función. La conductora funge como enlace entre la

historia contada y quienes la escuchan, clarificando detalles e información relevante.

El espectador que cuenta la historia elige a alguna de las actrices que va a

representarlo. Inmediatamente después, el grupo recrea la historia sin ponerse de acuerdo,

utilizando en algunas ocasiones pocos elementos escenográficos como telas o cubos.

 

La  iluminación y la música son improvisadas igualmente. Una síntesis escenificada de lo

acontecido da fin a la función.

 

De esta manera, las personas del público serán testigos de un teatro creado de sus

propias historias.